El cajón Flamenco y sus orígenes africanos

por | Jun 20, 2017 | Cajón flamenco, Comercio de esclavos, Flamenco, Música africana, Ruta de los esclavos | 0 Comentarios

La influencia africana en la cultura y música tradicional española, posee una magnitud que nunca podíamos imaginar. A continuación, algunos datos que revelan esta influencia en la aparición del cajón flamenco.

Allá, a finales de la década de los años 1970 se celebraban, como todos los años, las populares Fiestas de La Paloma en Madrid y una masa enfervorecida de gitanos alucinaba con aquel percusionista de largas «rastas» que tocaba sentado sobre una caja de madera acompañado de músicos flamencos. Poco tiempo después todos los chavales del barrio ya se habían fabricado de forma casera este curioso instrumento que imitaba perfectamente el sonido de un bailaor taconeando.

Fue la primera irrupción del cajón en España y su introductor no fue otro que el genial Paco de Lucía que en uno de sus viajes por el Perú descubrió la técnica con la que los negros procedentes del comercio de esclavos tocaban esas cajas de madera, quedando maravillado apresurándose a comprar uno para regalárselo a Rubén, el percusionista brasilero que tocaba en su sexteto.

No tardaron en combinar falsetas de guitarra por bulerías con los golpes secos de esta caja y pasó a formar parte instrumental y vital de su grupo hasta convertirse en un imprescindible de la música flamenca actual.
El cajón ha evolucionado en España a un cajón mucho más técnico con un sonido más depurado y añadiendo elementos nuevos para adaptarse a la música flamenca, que a veces con compases muy lentos no precisa de golpes fuertes y sí de mucha dinámica para ser interpretada.

Grabado de Ignacio Merino S-XIX donde se puede ver a uno de los músicos tocando sentado una especie de cajón.


Pero no olvidemos el origen primitivo de este instrumento que como casi toda la percusión, tiene una procedencia puramente africana.
El negro peruano procede de etnias africanas Bené, Yoruba, Bantú y Congo y fueron usados como esclavos a finales de la Colonización española.
El uso de tambores fue prohibido por la Iglesia Católica al considerarse un elemento pagano y para evitar la comunicación a distancia entre esclavos africanos, lo que se denomina tambores parlantes.

La inquietud y la nostalgia de estos hombres así como la necesidad de expresar sus emociones como solo ellos saben, originó la búsqueda de instrumentos con lo poco que tenían a su alcance; cajas de madera usadas en los barcos para transportar mercadería, tablas y palos que pronto  empezaron a usar de forma clandestina en sus ritos sagrados.

Ruta del esclavo africano desde España hacia América

Ya hay documentos escritos del Siglo XIX que describen al cajón tocado de forma horizontal, lo que contrasta con la forma de ejecutarlo de principios de Siglo XX de forma vertical e incluso sentado en una silla. Las músicas africanas se transformaron y dieron origen a músicas tan libres como el «festejo» o la «zamacueca», bailes que todavía se danzan en el Perú «negro» tal y como las negras esclavas hacían siglos atrás.
La música tiene la mágica cualidad que sea de donde sea su origen, su ritmo o forma de interpretar y bailar, se mezcla creando estilos que escaparían a la imaginación de cualquier compositor clásico así y según relatan distintos cronistas de la época, en las tabernas limeñas en el Siglo XVII se tocaba un tipo de ritmo gitano con una cadencia endemoniadamente parecida a una bulería con los nudillos de las manos y golpeando una mesa o cualquier tabla y acompañado de cantes suaves y desgarrados…

Una vez más comprobamos cómo en África se origina la mayor parte de los ritmos actuales. A través del flujo de personas que atravesaron medio mundo (en condiciones inhumanas, como esclavos) manteniendo sus costumbres y engrandeciendo estilos tan actuales como el Pop, Flamenco, Rock, Jazz o Blues así como músicas tradicionales en España, en este caso, el flamenco.

Gurumbé. Canciones de tu memoria negra

Al sur de Europa, donde hoy se blindan fronteras con concertinas y muros, ayer florecía un negocio que arrastraba forzosamente a miles de africanas y africanos al exilio y la explotación. El documental Gurumbé. Canciones de tu memoria negra nos cuenta su historia para cuestionar nuestro presente y recordarnos que África está muy dentro de lo que hoy somos.

Tal y como se recoge en el artículo de Afribuku:

Mariana Masera, en su libro “La otra Nueva España: la palabra marginada en la Colonia”, nos muestra una carta escrita en 1567 donde Eugenio de Salazar, entonces gobernador de Canarias, dice que los milicianos negros “todo lo tocan a la sonada del gurumbé o chanchamelé y otros guineos”. La autora relaciona por su fonética la palabra “gurumbé” con “gwomba” (batir las manos) y con la raíz bantú “ngoma” (tambor).
En Canarias pues, como en la Península, los hombres y mujeres africanos víctimas de la esclavitud buscan frenéticamente con sus manos la libertad y la cálida piel del tambor.

Este documental, aparte de liberarnos de la pobreza del olvido, nos revela la inmensa riqueza africana que tenemos completamente integrada en nuestro ADN biológico y cultural.

Pablo Alonso

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